Dolce & Gabbana 2012

Llevar un vestido de Dolce & Gabbana es como fugarse a un paraíso de la Italia romántica. El sello de estos diseñadores, una mezcla de estampado de leopardo, encaje y joyas, no tiene parangón. Así lo demostraron en su desfile prêt-à-porter de otoño de 2012.

Sobre la pasarela colgaban candelabros decorados con hojas de vid y rosas, y un enorme espejo dorado ocupaba su extremo final. El diseñador Domenico Dolce se inspiró en su Sicilia natal, a la que sumó la influencia de los rituales espirituales barrocos.

Había vestidos blancos al estilo de los de la primera comunión, capas muy elaboradas y una última serie de corsés, abrigos de encaje y lujosos trajes de chaqueta brocados con hilo dorado metálico.

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